Stanley Hilton no sólo fue asesor del senador republicano Bob Dole durante décadas sino que estudió en la Universidad junto a Donald Rumsfeld y Wolfowitz. Todos ellos fueron alumnos del trostkista Strauss, defensor de la teoría de que “los acontecimientos había que provocarlos”. En la propia Universidad, su tesis giró en torno a la “creación de un acontecimiento tipo Pearl Harbour”.
En declaraciones a Alex Jones, Hilton explicó las declaraciones de Bush, meses después del 11-S, en las que dijo haber visto estrellarse el primer avión contra la torre, -en TV se vio en directo sólo el segundo- así como su absurda reacción cuando le dijeron lo que había pasado mientras hablaba con niños en una escuela.
La explicación es que realmente Bush había visto estrellarse aviones contra las Torres porque el suceso se había preparado concienzudamente durante meses, de manera que el tonto Bush ya no se acordaba si esto era otra prueba o era la de verdad.
En concreto, estas pruebas se realizaron en la base del NORAD de la montaña Cheyenne, y no fueron 5 ejercicios los que lo simularon sino ¡35!
Sus fuentes en el NORAD apuntan a que fue Bush personalmente quien dio la orden de realizar el atentado del 11-S y cargar las culpas del atentado en unos agentes infiltrados árabes a las órdenes de la CIA.
Por otro lado, la fábula de Ray Bradbury, de la novela “Fahreinheit 451″ (la temperatura a la que quema el papel) sigue siendo realidad al conocer que el Pentágono ha quemado 9.000 ejemplares de las memorias de un militar que contaba datos secretos sobre el 11-S y la guerra de Afganistán.
Fuente: Rafapal.
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