Hace alrededor de tres años, Terry Hope se propuso crear lo que parecía imposible: un ciclomotor solar capaz de plegarse para ser transportado en una maleta. No era labor sencilla considerando que se trataba de un proyecto doméstico, desarrollado a partir de componentes comunes y montado con sus propias manos, pero a pesar de las dificultades, este ingeniero canadiense ha conseguido sacar adelante tan peculiar vehículo, y ya tiene casi lista la segunda generación.
Su Kinetic Photovoltaic Vehicle o KPV está equipado con dos baterías y un ultracondensador alimentados desde un sistema de captura de energía cinética, que junto a sus paneles solares aerodinámicos (monocristalinos, con un total de 14 celdas) le permiten recorrer hasta 21 km por carga (de 15 a 45 minutos con la ayuda de un enchufe). Todo esto arroja un peso de 20 kg, a los que has de sumar los 2,7 kg de los paneles solares opcionales. Sí, la YikeBike pesa menos y resulta más agraciada, pero su creador no piensa venderla por 2.700 euros… de hecho, ni siquiera es un proyecto comercial.
Según Terry, cuando esté lista, la versión 2.0 del KPV estará equipado con avances como WiFi, conexión de datos 3G/4G, GPS, Bluetooth, y una pantalla táctil, gracias aparentemente a la ayuda de varias compañías interesadas en el proyecto. Mientras esperamos a ver el resultado final, puedes observar el modelo 1.0 en acción tras el salto.
Fuente 1: Engadget
Fuente 2: Chemtrailsevilla
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